Lapiaz de la Estrella: surcos encantados sobre un mar de piedra

 

Cuando decimos que el término municipal de Mosqueruela está repleto de rincones mágicos, hablamos con conocimiento de causa. Uno de los muchos ejemplos de lugares emblemáticos que dejan boquiabierto a quien lo visita por su espectacularidad es el lapiaz de la Estrella. Una especie de milagro de la naturaleza que emerge en una comarca ya de por sí rica en formaciones rocosas.

El lapiaz define esa superficie de la roca caliza que ha quedado estriada por efecto del agua. Al deslizarse sobre la misma, el agua genera surcos y pequeños canales que en algunos casos son tan profundos que simulan pequeños tabiques o paredes. El lapiaz de la Estrella suma a la belleza que desprende esta especie de laberinto de piedra otro plus: el atractivo de las vistas que se despliegan durante el camino hasta llegar a él.

Se ubica justo encima del barrio de la Estrella, que le da nombre, en la montaña que hay en las espaldas del santuario. Está entre el Castillo del Majo y la masía del Pedaño. El acceso en coche es a través de la pista de la Estrella (desde la Cruz de Montaña), que hay que recorrer durante unos cuatro kilómetros. En la curva a la izquierda que aparece a los 500 metros de pasar la parte asfaltada del camino, sale una pista de tierra a mano derecha que es la que conduce a la original formación rocosa.

‘Nuestro’ lapiaz es moderado, pero existen también los llamados macrolapiaces, que pueden alcanzar importantes dimensiones métricas y estar muy separados entre sí. Y aquí va una curiosidad: ¿sabíais que a los paisajes construidos sobre macrolapiaces se les conoce como ciudades encantadas? Es el caso del Mar de Piedra, en la Ciudad Encantada de Cuenca.